Juegos publicados por A.N.A.L.O.G. Computing
Lista de todos los juegos de abandonware publicados originalmente por A.N.A.L.O.G. Computing entre 1965 y 2024
Livewire
Livewire fue un juego innovador lanzado en 1983 para la plataforma Atari de 8 bits. Desarrollado por Synapse Software, Livewire era un juego de acción de desplazamiento lateral que llevaba a los jugadores a una emocionante aventura a través de un mundo futurista lleno de peligro y emoción. Con sus gráficos vibrantes, jugabilidad intuitiva y mecánicas innovadoras, Livewire rápidamente se convirtió en un favorito de los fanáticos y se consolidó como uno de los mejores juegos de su tiempo.
La premisa del juego era simple pero atractiva: los jugadores asumieron el papel de un agente cyborg conocido como Livewire en una misión para salvar al mundo de una malvada inteligencia artificial. El juego implicaba navegar a través de varios niveles, luchar contra robots y resolver acertijos para finalmente derrotar a la IA y restaurar la paz. Lo que diferenciaba a Livewire de otros juegos de su tipo era el uso de física realista y una característica única de "tirolina", que permitía a los jugadores atravesar obstáculos y llegar a nuevas áreas con facilidad.
Livewire también contó con una impresionante banda sonora, compuesta por el reconocido músico Todd Rundgren. Las melodías pegadizas y llenas de sintetizadores agregaron una capa adicional de inmersión al juego y complementaron perfectamente el tema futurista. Además, el juego presentaba impresionantes efectos de sonido, incluidas voces digitalizadas y ruidos computarizados, lo que se sumaba a la atmósfera general de ciencia ficción.
Uno de los aspectos más destacables de Livewire fue su diseño de niveles. Cada nivel fue elaborado de manera intrincada, con un equilibrio perfecto entre desafío y diversión. Desde escenarios submarinos hasta fábricas industriales y laboratorios de alta tecnología, cada entorno era único y se sumaba a la experiencia de inmersión. El juego también presentaba una selección diversa de enemigos, cada uno con sus propios patrones de ataque y debilidades, lo que hacía que las batallas fueran emocionantes y estratégicas.
Livewire fue un juego muy exitoso y querido para la plataforma Atari de 8 bits. Su jugabilidad dinámica, gráficos impresionantes y banda sonora cautivadora lo convierten en un juego imprescindible para los fanáticos de los videojuegos clásicos. A pesar de su lanzamiento hace más de tres décadas, Livewire sigue siendo un título destacado en el mundo de los videojuegos y su legado sigue vivo hoy en día. Adéntrate en el mundo futurista de Livewire y vive la emocionante aventura por ti mismo.
Crash Dive!
El jugador controla a un tripulante del USS Sea Moss, un submarino nuclear que patrulla las gélidas aguas del Atlántico Norte. Mientras realiza un mantenimiento rutinario, el jugador se encuentra vivo, solo, en una escotilla sellada, tras un ataque submarino con gas por parte de un saboteador traidor. El objetivo pírrico del jugador es encontrar y neutralizar al saboteador y hundir el buque para evitar que una potencia enemiga recupere sus secretos militares y tecnológicos. Pero el primer problema es sobrevivir para escapar de la escotilla al interior lleno de gas...
La interfaz del juego se realiza a través de un claustrofóbico sistema de ventanas de texto que no difiere del de Adventure International, con ciertas zonas de la pantalla que indican la ubicación, las salidas, el inventario y las entradas del jugador. El jugador se comunica con el ordenador mediante frases de dos palabras VERBO-NOMBRE. Aunque la interfaz es primitiva, el juego es más sofisticado que el anterior Adventure in the Fifth Dimension de Moriarty, que estaba escrito en BASIC; este juego emplea lenguaje de máquina. Poco después, Moriarty trabajaría en Infocom.
Este juego se publicó en el número 5 de A.N.A.L.O.G. Computing como código mecanografiado, y se inspiró en las ilustraciones de la portada de un juego de arcade submarino que llevaba mucho tiempo colgado en las oficinas de la revista. Los "Feelies" que aparecían fotografiados en la revista ayudaban en la solución de algunos de sus rompecabezas.